CERSEI
El sol se filtraba por la ventana,
calentando con un rayo su cara. Entreabrió los ojos, giró la cabeza y vio a su
hermano junto a ella. Sonrió al pensar en la noche que habían pasado juntos.
Se
recreó contemplando el cuerpo desnudo de Jaime, musculoso, juvenil y
poderosamente masculino. Pasó su mano por el pecho, enredando sus dedos por el
vello rubio que cubría levemente la piel. Jaime gruñó entre sueños y finalmente
despertó. Sus ojos verdes se encontraron con los de su hermana. Sin decir una
palabra, volvieron a besarse y se fundieron en un abrazo. «Soy tuya, soy tu
esposa. Después de esto no puedo casarme con nadie», dijo Cersei, rompiendo el
silencio. Él se deshizo del abrazo de la muchacha y puso las manos detrás de la
cabeza, mirando el techo. «¿Tiene Padre planes para ti, planes que no me hayas
contado? Si yo renuncio a casarme, tú también debes hacerlo. El sacrificio ha
de ser de los dos.» Cersei se apoyó en
un codo. «No lo sé. Tras la decepción de no poder casarme con Rhaegar,
parece que no hay candidato que me merezca… Pero no puedo fiarme de él. Siempre
tiene algo en mente para aumentar su poder.» Lo besó. «De momento no debemos
preocuparnos. Lo único que hay que hacer es llevar a cabo nuestro plan.»
Después de decir esto, apremió a su hermano para que se vistiera y saliera del
cuarto. Nadie debía enterarse de que habían pasado la noche juntos, y menos
Padre. Jaime se levantó del lecho y se puso las ropas con rapidez. Salió de la
habitación con cuidado, mientras Cersei se quedaba en la cama. Cuando ya estaba
fuera, unas voces llegaron hasta sus oídos, cuchicheando. «Jaime, ¿ocurre
algo?», dijo. Al no obtener respuesta, se puso la camisola y salió a ver qué
pasaba. Jaime estaba hablando con alguien… ¡Era el príncipe Rhaegar! «Oh,
Alteza, siento no estar presentable», dijo con Cersei con aire recatado,
mientras intentaba taparse. Rhaegar restó importancia a las palabras de Cersei
con un gesto de su mano. Jaime parecía incómodo y miraba hacia el suelo. «¿Cuándo habéis llegado, muchacho? No se me informó de vuestra visita.» Cersei
se adelantó antes de que Jaime cometiera una imprudencia. Ella siempre había
sido más rápida. «Llegó anoche. Mi padre lo mandó llamar y todo fue un poco
precipitado. No consideró que fuese necesario molestaros con la noticia de la
llegada del hijo de la Mano, mi señor». Rhaegar los observaba con un aire de
sospecha. «Dioses, lo sabe», pensó
Cersei con temor. «¿Y habéis dormido en los aposentos de vuestra hermana? La
Fortaleza Roja cuenta con numerosas habitaciones para hospedar visitas.» Los
gemelos cruzaron una mirada de culpabilidad, pero ella se sobrepuso y, de
nuevo, se adelantó a su hermano. «Sí, mi señor. Pero era tan tarde que no
quisimos molestar a la servidumbre. Mi cama es grande y los dos cabemos
perfectamente.» Jaime bajó aún más la cabeza, incómodo. Cersei continuó
explicándose. «Además, de pequeños solíamos compartir la cama y durante nueve
meses estuvimos juntos en el vientre de nuestra madre. Somos inseparables.»
Cersei dirigió una mirada amorosa hacia su hermano, que evitó sus ojos. «Está
bien. Id a que os preparen un cuarto para vos, muchacho. Buenos días.» Mientras
Rhaegar se alejaba, los hermanos contuvieron la respiración, soltando todo el
aire una vez que había desaparecido de su vista. «Es realmente un hombre imponente.
Por un momento he pensado que había descubierto nuestro secreto», comentó
Jaime. «Yo también», dijo Cersei. «Pero ¿quién es él para juzgarnos? Sus padres
son hermanos.» A pesar de todo, notaba la incomodidad de Jaime tras lo ocurrido
entre ambos.
Ese Rhaegar no se deja engañar tan fácilmente, seguro que él sí lo sabía todo.
ResponderEliminarPor supuesto... Ya vimos su PoV en el otro fic y notó lo insano de la relación entre los dos hermanos ;)
EliminarGracias por comentar, como siempre.
Ya veo por tu comentario que en el otro fic habías hablado de este encuentro, ¿es en el fic de Meñique o en el de los Stark y Robert? Lo tendré en cuenta para el día que vuelva a mirarme ambos fics ;)
ResponderEliminar¡Muy buen capítulo, Athena! Desde el principio, ya se ve que este vínculo entre ellos no puede deparar nada bueno, y sin haber leído aún el otro, yo también pensé que Rhaegar no iba a ser tan tonto como para creerse las excusas de Cersei... Anda que no sabe ella con quién fue a dar :P
¡Un besote!
Es en el de los Stark y Robert. El de Meñique ocurre antes de la guerra y sólo en Aguasdulces, por lo que la historia es más limitada en cuanto a personajes y lugares :)
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