Era la comidilla
de la capital. Tras el nacimiento del pequeño Aegon, el príncipe Rhaegar había
partido en secreto hacia no se sabía dónde, dejando a su esposa e hijos abandonados.
Era un escándalo, una acción impropia del heredero. Nadie sabía las razones de
su partida. Lo buscaron en Refugio Estival, su lugar favorito para retirarse a
componer, pero no lo hallaron allí. Era como si la tierra se lo hubiera
tragado.