AVISO

Este fic contiene sólo recreación sobre hechos del pasado. No contiene spoilers. Todos los personajes y lugares pertenecen a G.R.R. Martin

miércoles, 27 de marzo de 2013

Capítulo 3


JAIME
            Volver al hogar era como volver a nacer, por eso quiso ir allí antes de dirigirse a Desembarco del Rey. Roca Casterly le traía tan buenos recuerdos… Prefería olvidar los malos. Nunca fue rencoroso, así que no culpaba a Tyrion de la desgracia de perder a su madre. Quería a ese niño con una ternura especial, despertando en él un sentimiento de protección. Pero era difícil mantener una relación normal con su hermano pequeño por culpa de Cersei. Se encontraba entre la espada y la pared cada vez que regresaba y coincidía con ambos. Afortunadamente, en los últimos años eso no había ocurrido con frecuencia, aunque deseaba con todas sus fuerzas volver a ver a su hermana. No podía imaginar qué aspecto tendría ahora. Hacía años que no la veía. Él había cambiado, era un hombre y un caballero. Cuando eran pequeños, la gente sólo los diferenciaba por la ropa y la longitud del pelo. Sus rostros eran dos gotas de agua. Con más de quince años, Cersei tendría un cuerpo de mujer y ya no los confundirían. Pensó en su pecho plano e infantil y visualizó en él dos senos redondos como manzanas. Bajó mentalmente y vio una cintura estrecha y unas caderas que se ensanchaban. Llegó hasta el lugar que más los diferenciaba e imaginó un vello rubio como él mismo tenía… El corazón empezó a palpitar en su pecho y en su ingle. Borró esa imagen de su cabeza. Respiró hondo y se recompuso sobre la montura. La idea de ver de Cersei lo estaba poniendo nervioso.

            El sol se escondía ya por el horizonte, pero él estaba cerca de su destino. La Fortaleza Roja destacaba por su iluminación sobre el resto de los edificios y revelaba el poderío de los Targaryen. Espoleó su montura y aceleró el paso. No tuvo problemas en penetrar en la fortificación: era un caballero, hijo de la Mano del Rey. Era tarde y apenas había movimiento en el lugar, sólo los soldados de guardia y algunos criados. Tomó por el brazo a una moza y le preguntó por los aposentos de la hija de Lord Tywin. Ella lo miró extrañada, parpadeando como si hubiera visto una aparición. «Soy su hermano gemelo, no os asustéis.» La muchacha tragó saliva y le señaló una escalera. «Subid y atravesad el corredor. El cuarto es el último a la derecha.» Jaime le agradeció la información con una sonrisa y un beso en la mano, y creyó oír un suspiro salir de la boca de la muchacha. Avanzó con sigilo por el lugar que le habían indicado. El pasillo estaba pobremente iluminado, pero encontró la puerta sin esfuerzo. Llamó con cuidado y esperó con la respiración entrecortada por la emoción. Ella lo estaba esperando, pero eso no lo calmaba. Un crujido acompañó al movimiento del picaporte. La puerta se entreabrió y una voz clara preguntó «¿Quién es?» Jaime se aclaró la garganta. «Soy Jaime.» Una mano lo agarró de la camisa por el pecho y lo introdujo con rapidez en el dormitorio.
            El lugar estaba en penumbra. Una silueta femenina se recortaba ante la luz de la vela que iluminaba la estancia. «Cersei, quiero verte. Necesito verte.» Ella tomó la vela y la llevó junto a su rostro. Jaime notó las piernas flojas. Su hermana se había transformado en una mujer de belleza imposible de describir. Cersei acercó la luz a la cara de él y sus ojos se abrieron con asombro. «¡Oh, Dioses, eres tú realmente! ¡Y estás tan guapo que no pareces de verdad!» Dejó la vela en el suelo y se abrazó a su hermano. Jaime la estrechó, notando los pechos de la joven a través de la camisa. Estuvieron así un rato, frotando los cuerpos y rozando sus mejillas. Quería recuperar en ese instante todos los años sin verse. Se besaron en la boca brevemente, igual que cuando eran pequeños, y se separaron para contemplarse el uno al otro. Cersei vestía una camisola semitransparente que dejaba ver los pezones, el ombligo y el sexo. Lo miraba de manera extraña para él, algo parecido al deseo, aunque él también observaba a su gemela de modo diferente a como lo había hecho de niño. Sentía un raro impulso de querer tocar los senos inflamados, las caderas y las nalgas. «Cuando recibí tu mensaje creí morir de felicidad. Por fin iba a verte. ¡Te he echado tanto de menos! ¿Y tú a mí?» La voz de Cersei era suplicante. «Pues claro», respondió él. «No ha habido un día en que no te recordara, pero ahora veo que mi mente me ha estado engañando. Eres una diosa y yo pensaba en una niña.» Tomó su cara entre las manos y la volvió a besar. Cersei se dejó hacer con sumisión, pero rompió el beso. «No quiero que nos vuelvan a separar, pero Padre tiene planes para ti… Planes de boda.» Jaime enarcó una ceja. «¿Y quién es la afortunada?», contestó riendo como si hubiera dicho una broma divertida. A Cersei no le pareció graciosa su pregunta. «¿Sabes lo que eso significa? ¡Que estarás con otra mujer, lejos de mí! No podré soportar eso otra vez…» El muchacho se dio cuenta de que su hermana hablaba en serio y estaba afectada. «Vamos, vamos, ¿acaso no te casarás tú también algún día?» Al terminar de decir esa frase, se percató de lo que implicaba. ¡Cersei en brazos de otro hombre! No lo consentiría. ¿Pero qué podían hacer? «Padre quiere casarte con la hija de Lord Tully.» «¿No es la prometida de Brandon Stark?», dijo Jaime. «Se trata de la menor, Lysa Tully. Al parecer anda siempre coqueteando con los bardos que visitan Aguasdulces y se ha hecho muy amiga del pupilo de Lord Hoster. Querrán hacerle sentar la cabeza.» Cersei hablaba con amargura. El destino de ambos parecía escrito de antemano y no era otro que la separación. Como siempre ocurría, Jaime no tenía ni idea de cuál era la solución. Seguramente Cersei tendría la respuesta. «No puedo contradecir a Padre. Se ganaría un enemigo en la Región de los Ríos…» Empezaba a desesperarse. La alegría de volver a ver a su hermana se desvanecía ante la noticia de su futuro compromiso. Cersei lo miró con decisión. «Elige, Jaime: o Aguasdulces o yo.» Así era ella. Había cambiado físicamente, pero en esencia seguía siendo la que llevaba las riendas de su relación. «Tú, por supuesto. Pero no sé qué hacer.» La muchacha mostró una sonrisa maliciosa. «Oh, Jaime, ¿por qué he de ser siempre yo la que solucione nuestros problemas? Verás: hay una vacante en la Guardia Real. Si la ocupas tú, vivirás en Desembarco del Rey, no tendrás que casarte y estaremos juntos para siempre.» La idea no parecía tan mala, aunque no lo veía tan fácil. Cersei se dirigió hacia el lecho y, de camino, se desprendió de la camisola con un movimiento muy cuidado. Si tenía dudas, ese gesto de la joven las despejó del todo. Ya era inevitable que la tocara como quería. Se sacó la camisa por la cabeza y se quitó el calzón, ofreciendo su desnudez a Cersei. No era la primera vez que se veían desnudos o se tocaban, pero ese momento marcaría un antes y un después en sus vidas. Ya no eran hermano y hermana, sino hombre y mujer. Y lo fueron durante toda la noche.

13 comentarios:

  1. ¡oh! Podría haber sido Señora de Roca Casterly?? Haber tenido a Jaime para mi?? *se pierde entre sus pensamientos fantaseando con la idea*

    Que gran revelación, que desperdicio dejarlo ser un Guardia Real... ese momento intimo de pasión habría estado mejor conmigo.

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  2. No me imagino a Jaime con Lysa... seguramente habría sido un matrimonio muy infeliz, cada uno enamorado de otro.

    Pero esta Cersei como siempre haciendo de las suyas para que eso no ocurra, y de paso consiguiendo que la furia de su padre se acreciente más por no tener un heredero "digno" para Roca Casterly. Qué familia xD

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    1. Pues esto fue así. Lord Tywin quiso casarlo con Lysa Tully :P

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    2. Desconocía este dato. Sabía que Joanna quería casarlos con Oberyn y Elia respectivamente, y después Tywin quiso casarla a ella con Rhaegar. Pero lo de Lysa me ha sorprendido mucho.
      Estos fics son estupendos para estudiar historia de Poniente e_e

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    3. Todo lo de este capítulo está basado en datos que he encontrado investigando. Cuando Jaime llegó a Desembarco, Cersei le dijo lo de los planes de Lord Tywin y lo convenció para que entrara en la Guardia Real. Aprender estamos aprendiendo mucho todos, la verdad :)

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    4. Sí, la manipulación de Cersei también la conocía, pero evidentemente con los fics se sabe mejor todo. Lo peor sin duda son las fechas, Martin marea mucho con eso.

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    5. Eso es el horror. No cuadran de ninguna manera.

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  3. Si lo veo casado con la loca de Lysa me da un algo *_*

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    1. Imagínate cómo me siento yo. Menos mal que luego, ejem...

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  5. Anda que aquí otra sorprendida si Jaime se hubiese llegado a casar con Lysa *o* Un dato que desconocía, y vaya que si no hay datos de sobra en todo el universo de Poniente, tantos que a veces resulta imposible acordarse siquiera de la mitad xDD

    Muy interesante y pasional este capítulo, Athena! Esperamos ansiosas a por el próximo :P

    Besos :*

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  6. Sé que no fue así como ocurrió la primera vez que se acostaron juntos (se supone que se encontraron en otro sitio y Cersei apareció disfrazada de criada o algo parecido), pero esto es un fic y, por otra parte, tenía que cuadrarme con la escena que conté en "Nieve en Llamas". Mis disculpas a los lectores.

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